¿Qué son las heces amarillas pasajeras?
Los cambios en el color de las heces de su perro pueden indicar cualquier cosa, desde un leve malestar estomacal hasta una afección gastrointestinal grave. Las causas de las heces amarillas en los perros incluyen:
- Consumo de productos no alimentarios
- Gastroenteritis
- Problemas de hígado
- Problemas de la vesícula biliar
- Problemas de páncreas
- Infecciones intestinales
- Síndrome del intestino irritable
- Alergias alimentarias
Si nota que las heces son amarillas (o de cualquier otro color inusual) a pesar de no haber hecho ningún cambio en la dieta de su perro, consulte a su veterinario lo antes posible.
Por qué se producen heces amarillas en los perros
¿Por qué las heces de su perro son amarillas? Hay varias causas posibles, algunas más graves que otras.
Consumo de productos no alimentarios
Esto puede incluir trozos de árboles, hierbas o incluso artículos domésticos. El consumo de cuerpos extraños puede incluir prácticamente cualquier cosa que no sea comida y que no se deba comer. Estos artículos pueden no ser digeridos por el sistema de su mascota.
Gastroenteritis
Se trata de una inflamación del sistema intestinal, que generalmente incluye el estómago y los intestinos. Las causas de la gastroenteritis pueden ser infecciones por bacterias, virus, parásitos o reacciones a nuevos alimentos o medicamentos.
Problemas de hígado
Los problemas hepáticos provocan ictericia, que decolora los ojos, la piel, la orina y las heces de su mascota. Los daños en el hígado pueden producirse por muchas enfermedades, toxinas, fármacos, cáncer e inflamación del hígado causada por infecciones bacterianas y fúngicas.
Pancreatitis
Se trata de una inflamación del páncreas que se produce como resultado de la fuga de enzimas digestivas hacia el tejido pancreático. En algunos perros puede aparecer dolor abdominal, depresión, falta de apetito, vómitos y diarrea. La pancreatitis crónica puede provocar a veces diabetes en su mascota.
Problemas de la vesícula biliar
Esta afección se produce cuando se interrumpe el flujo de la bilis desde la vesícula biliar a los intestinos. Esto puede ocurrir debido a un traumatismo en la vesícula biliar, o por una obstrucción como un cálculo biliar, bilis congelada o tumor de la vesícula biliar y puede hacer que los ojos, la piel, la orina y las heces sean de color amarillo.
Infecciones intestinales
Pueden ser infecciones bacterianas, víricas, fúngicas y parasitarias. Si no se trata, cualquiera de ellas puede convertirse en una afección más grave para su mascota.
Síndrome del intestino irritable
Esto puede provocar la presencia de un moco amarillo en las heces de su perro. Esta afección debe tratarse lo antes posible para evitar que se convierta en un problema de salud más grave para su mascota.
Qué hacer si su perro hace heces amarillas
Los brotes de diarrea periódica y los cambios en las heces pueden entrar y salir de la vida de su perro, durando sólo una o dos deposiciones. Esto puede ser normal en algunas situaciones con su perro, a menos que su estado comience a deteriorarse. Sin embargo, si las heces amarillas continúan siendo expulsadas más allá de uno o dos días, o si la condición de su perro se está deteriorando, debe llamar a su profesional veterinario para una evaluación médica. La condición que puede estar en la raíz de las heces amarillas puede ser relativamente menor o puede ser una condición de salud importante que tendrá que ser tratada con urgencia.
Su veterinario examinará a su mascota y realizará las pruebas necesarias para determinar la causa de las heces amarillas. En muchos casos, este diagnóstico resulta ser una situación de «descarte», ya que elimina las muchas posibilidades de las heces amarillas en su mascota. Su veterinario tratará la causa subyacente con medicamentos, procedimientos quirúrgicos, suplementos dietéticos o cambios en el régimen alimenticio según sea necesario en función de sus hallazgos y diagnóstico.
Prevención de las heces amarillas
Para muchas de las posibles razones de la evacuación de heces amarillas por parte de su mascota, la mejor medida de prevención es un estrecho seguimiento de su estilo de vida. En el caso de afecciones como la pancreatitis o los problemas de hígado y vesícula biliar, habrá que evaluar los regímenes dietéticos para garantizar que su mascota recibe una dieta equilibrada sin exceso de grasas e hidratos de carbono que pueden no ser fácilmente digeribles.
También es conveniente vigilar cuidadosamente el entorno doméstico de su mascota y las zonas en las que se ejercita y juega, eliminando el mayor número posible de elementos no alimentarios que podrían interesarle lo suficiente como para ingerirlos.
Mantener las revisiones periódicas, las vacunas y el control de parásitos ayudará a reducir la oportunidad de que la infección parasitaria arraigue en el tracto intestinal de su mascota.
Los exámenes realizados en casa de forma regular también pueden ayudar a identificar zonas dolorosas en su mascota que podrían estar relacionadas con problemas internos que necesitan atención. Esto puede incorporarse al tiempo normal que pasa con su mascota en el juego y la atención.